ESPINETE NO EXISTE
Hasta el 19 de diciembre en el Club Capitol en Barcelona
Si viviste tu infancia en los setenta u ochenta no debes perderte este monologo titulado Espinete no existe.
En Madrid Espinete no existe ha gozado de cinco temporadas de éxito total compitiendo con los grandes musicales, algo que de hecho ya es utilizado jocosamente en la función. Nada más entrar en el teatro nos topamos con dos pequeñas vitrinas plagadas de recuerdos tangibles y originales de esos años que consiguen que te inunde una sensación placentera acompañada de una sonrisa bobalicona. El escenario esta decorado en plan estética de los setenta. Se inician unos cuantos flashes de imágenes míticas del pasado y ya esta el público en el bolsillo y eso que aún no ha salido la estrella al escenario: Eduardo Aldan.
El actor inicia una hora y media de viaje humorístico por el mundo de los recuerdos de nuestra infancia catódica, material y de situaciones más o menos comunes con los padres, colegio, etc. Con un ritmo de verborrea endiablado Eduardo arranca risas al recordarnos aquellas cosas, como las vivíamos y como eran. Aunque los inicios del monólogo se vayan extrañamente por otros derroteros que no están mal, pero al teatro Capitol hemos venido a que nos ataquen con nostalgia pura y dura y esta tarda algo en llegar.
Eso si cuando llega, el público acaba entregado en una catarsis de regresión colectiva como cuando alguien en una cena suelta ¿te acuerdas de? y canta su canción pertinente. Hay un par de vídeos que se integran muy bien en el espectáculo y que son antológicos. El monologo hace reír pero cuando te dan nostalgia, como un drogadicto, siempre quieres más y parece que le falte algo de cantidad a la función.
Eduardo es un buen narrador y lo demuestra contando un pausado cuento que tal vez quedaría mejor al final de la función, pues rompe el buen ritmo que llevaba el espectáculo. Aunque el último speech es una imparable serie de bofetadas en torrente de recuerdos inocentes. ¡Bravo! Aún así. redondeado con un vídeo clip final hubiese estado genial y te duraría la piel de gallina y el bienestar estomacal al menos dos días.
Horarios: Miércoles, jueves y viernes a las 21:00 horas; sábado a las 18:00 y a las 21:00 horas y domingo a las 18:00 horas.
Precio: De 19 a 22 €
Idioma: castellano
Duración del espectáculo: 90 minutos.
Si queréis tener más sensaciones placenteras al recordar vuestro pasado infantil / juvenil os recomiendo también los tres libros “Papel y plástico” de Oscar Lombada.
Publicado originalmente por un servidor en Indienauta.
Hasta el 19 de diciembre en el Club Capitol en Barcelona
Si viviste tu infancia en los setenta u ochenta no debes perderte este monologo titulado Espinete no existe.
En Madrid Espinete no existe ha gozado de cinco temporadas de éxito total compitiendo con los grandes musicales, algo que de hecho ya es utilizado jocosamente en la función. Nada más entrar en el teatro nos topamos con dos pequeñas vitrinas plagadas de recuerdos tangibles y originales de esos años que consiguen que te inunde una sensación placentera acompañada de una sonrisa bobalicona. El escenario esta decorado en plan estética de los setenta. Se inician unos cuantos flashes de imágenes míticas del pasado y ya esta el público en el bolsillo y eso que aún no ha salido la estrella al escenario: Eduardo Aldan.
El actor inicia una hora y media de viaje humorístico por el mundo de los recuerdos de nuestra infancia catódica, material y de situaciones más o menos comunes con los padres, colegio, etc. Con un ritmo de verborrea endiablado Eduardo arranca risas al recordarnos aquellas cosas, como las vivíamos y como eran. Aunque los inicios del monólogo se vayan extrañamente por otros derroteros que no están mal, pero al teatro Capitol hemos venido a que nos ataquen con nostalgia pura y dura y esta tarda algo en llegar.
Eso si cuando llega, el público acaba entregado en una catarsis de regresión colectiva como cuando alguien en una cena suelta ¿te acuerdas de? y canta su canción pertinente. Hay un par de vídeos que se integran muy bien en el espectáculo y que son antológicos. El monologo hace reír pero cuando te dan nostalgia, como un drogadicto, siempre quieres más y parece que le falte algo de cantidad a la función.
Eduardo es un buen narrador y lo demuestra contando un pausado cuento que tal vez quedaría mejor al final de la función, pues rompe el buen ritmo que llevaba el espectáculo. Aunque el último speech es una imparable serie de bofetadas en torrente de recuerdos inocentes. ¡Bravo! Aún así. redondeado con un vídeo clip final hubiese estado genial y te duraría la piel de gallina y el bienestar estomacal al menos dos días.
Horarios: Miércoles, jueves y viernes a las 21:00 horas; sábado a las 18:00 y a las 21:00 horas y domingo a las 18:00 horas.
Precio: De 19 a 22 €
Idioma: castellano
Duración del espectáculo: 90 minutos.
Si queréis tener más sensaciones placenteras al recordar vuestro pasado infantil / juvenil os recomiendo también los tres libros “Papel y plástico” de Oscar Lombada.
Publicado originalmente por un servidor en Indienauta.
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